Sin comerlo ni beberlo, el Atlético se vio salpicado por una sanción de la Federación inglesa a Trippier. El británico que supuestamente había facilitado información sobre su fichaje por el Atlético a una persona cercana que pudo verse beneficiada de esa información, vio cómo su federación con el apoyo de UEFA le apartaba de los terrenos de juego durante diez semanas. Diez semanas que fueron un martirio para el Atlético.