A comienzos de 1913 la presidencia de Juan Antonio Núñez hizo las gestiones para convertir el espacio en una superficie apta para la práctica deportiva. A lo largo de su historia, el Tenerife ha disputado sus encuentros como local en dos recintos distintos, siendo el primero el Campo de Miraflores, donde lo hizo de 1913 a 1925. Se encontraba ubicado entre la calle que le dio nombre y la calle Alfaro, equipacion del atletico de madrid frente a la Plaza Militar; lindando con un Barranco de Santos del que hoy le separaría la prolongación de la calle Ramón y Cajal.