Tres días más tarde, el equipo blanco volvió a jugar en Chamartín un amistoso como clausura del estadio contra el Club Deportivo Málaga que acabó perdiendo por 4-5 con un equipo plagado de suplentes. Debido a la común extracción obrera de los jugadores y aficiones pronto hubo sintonía entre ambos y decidieron unirse para formar un club más potente. No fue hasta un año después en el que coincidieron los jugadores de los dos equipos en Bilbao (los del Athletic y los de su sucursal en Madrid) en el que salió a relucir el tema de las nuevas camisetas, querando maravillados los madrileños por la nueva equipación de los vascos.